Susurro el viento, despejando esas ideas momentáneas que llevaba consigo,
Casi siempre miraba al cielo, encontrando consuelo con grandes esperanzas,
Caminaba no sola, en su corazón aunque triste o alegre estaba vivo, siempre sentía,
Y a su mente volvían esas imágenes del ser por el quien ella respira y se siente viva.
Su camino siempre era el mismo, los arboles son testigos de su vaivén por la vida,
Presenciaban sus risas, sus lagrimas, momentos buenos o cuando se sentía perdida,
Dentro de ellos existía una magia que ella les provocaba, era su propia energía,
Siempre había un lugar en el santuario para ella y a quienes diera vida………
Susurro el viento, las hojas caídas revoleteando entre calles y avenidas,
El tiempo es mágico, tal vez ahora ella ya no camina como antes lo hacia,
Ahora es parte de ellos, puede ver el vaivén del pequeño que crecía todos los días,
Ahora es otro, pero dentro el mismo niño que respira, ha logrando sabiduría, buena guía.
Susurra el viento llevando con el la voz de quien ahora lo mira desde otra figura,
“siempre te miro y estoy contigo aunque no me veas, hasta el final de los días”
Ya no estaba en lo físico, pero en esencia ella jamás se iría, se había transformado,
Como algunos que decidieron quedarse para forma el espíritu de todo lo que se respira!
Andrea Aguilar
16/junio/2011
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